«Subí observando la foto. Era un tipo vulgar, común. Pero muy común. Pelo ni corto ni largo con un peinado corriente, ligeras entradas, puede que castaño... Estatura media, sobre el metro setenta y cinco... Pantalones oscuros y gabardina clara. No se distinguía bien la cara, una pena, porque las orejas son como las huellas dactilares y me habría servido, pero hay que jugar con las cartas que tocan.»
«El asesino era normal» es la única descripción que Félix Fortea, policía de homicidios, recibe cuando interroga a los testigos de un crimen a plena luz del día. ¿Cómo detienes a un homicida que puede ser cualquiera? ¿Qué es ser normal? Un elenco de personajes con sus fallos, rareza y taras se unen para detener a un criminal que parece camuflarse exhibiendo su aparente normalidad.
R. López-Herrero pone en duda el concepto de normalidad imperante en nuestro mundo en esta novela negra que pone de relevancia el talento de su autor y que nos