Una recopilación de relatos en la que se reúnen lo irreverente, lo dulce y lo descorazonado.
Henry David Thoreau afirmó alguna vez que en su cabaña del bosque de Walden tenía tres sillas: «una para la soledad, dos para la amistad, tres para la sociedad. Cuando inesperadamente venía un gran número de visitantes, solo estaba la tercera silla para todos ellos, pero por lo general economizaban espacio quedándose de pie.»
No importa cuántas personas se queden de pie, los personajes de La vida interior de las plantas de interior solo tienen una silla: una mujer que llora al ver la portada de una revista de decoración en un supermercado, un anciano encerrado en el baño de un avión que cree que se va a pique, el jurado de un concurso literario de provincias que por fin descubre al genial escritor que siempre ha estado buscando, un perro que aparece en cincuenta y cuatro pinturas de Pablo Picasso y odia a los comunistas, un albatros q